Las esquinas de mi cabeza novela finalista del II Concurso de Narrativa Libros Mablaz, 2015.
He tenido la suerte de leer primero, e ilustrar después, dos novelas, muy distintas en contenido, pero buenísimas las dos.
Os muestro el proceso de las portadas además de mis impresiones sobre las dos.
La imagen de la niña representa a Teresa, la vemos crecer a lo largo de la novela, enlazando con las vidas de varias generaciones. Delante de ella, la foto de Manuel, personaje de la primera historia.
Pasaron por la guerra, que está representada por los aviones surcando un cielo gris.
Gentes de campo, que se vislumbra a través de la ventana.
Detrás de la siguiente ventana, una ciudad, Madrid, y en la siguiente lo que pudiera ser "la corrala" en donde se desarrollan las últimas historias.
Añado la imagen principal que fue la que me inspiró para crear la portada.
La cubierta completa después de todos los arreglos.
En la trasera vemos las fotos de los personajes reales:
La casa del abuelo Manuelejo, Pedro, Francisca, Pedrito y Abilio, y, el abuelo Manuelejo y sus hijos.
La siguiente portada y, a continuación, mis impresiones de las dos novelas.
Otro libro de Teresa es Las esquinas de mi cabeza
Una historia compleja que no es lo que en principio pensaríamos.
El destino trastoca la vida de tres mujeres.
Ángela se tendrá que hacer cargo de una adolescente aparentemente rebelde, su nieta. Pero la historia es mucho más que eso...
En principio quise poner en portada a madre, hija y abuela, pero, como digo anteriormente, esta no es la historia.
Necesitaba una mujer, su edad no es importante. Es una mujer activa, resuelta, pero además la historia nos deja entrever hechos misteriosos y secretos inconfesables.
Por eso quería un fondo que hiciera pensar en algo misterioso además de ser un elemento de la novela.
Si os preguntáis cual es el fondo, es la piscina a la que acude Ángela, y esos reflejos dan el efecto que buscaba, combinándolos con las distintas tonalidades dadas a los perfiles de la derecha.
Estas son tan sólo dos de las muchas pruebas en las que trabajé. Y la sombra casi negra que pasó a ser la cara de la portada.
Finalmente, la cubierta completa, que creo que refleja bien la historia.
La galería de los susurros
Tras Las esquinas de mi cabeza, que nos
lleva aparentemente a una trama familiar y nos sumerge en una apasionante
historia para nada esperada, empiezo esta novela sabiendo que el estilo y el
contenido serán de mi agrado. Ha sido además, la novela ganadora del III
Concurso de narrativa de Libros Mablaz.
Sabía que en parte era un paseo por la
historia a través de hechos y personas, relatado como recuerdos contados o
vividos. Historias de Soria a través de cinco generaciones…
La historia empieza con Teresa, una niña
pequeña de vacaciones en la playa.
Me gustó mucho empezar con esta historia.
Una niña alegre y despierta, muy activa y lista, preámbulo que nos lleva a
verla crecer en un colegio de monjas en el que no puede concentrarse en los
estudios, en el que no desarrolla sus inquietudes y pasa las clases absorta,
mirando a la ventana… y comienzan los recuerdos…
“Teresa nunca está sola. Ella custodia el
alma de las innumerables generaciones que la precedieron, de unas personas
cuyas historias oye en ocasiones en boca de sus abuelos y no quiere olvidar
porque presiente que siguen ahí, encerrados en el código genético que ha
heredado. Ellos le dotaron de una nariz que sigue los cánones de estética
clásica, igual a la que muestran las estatuas romanas que permanecen hieráticas
en los museos, de un cuerpo menudo y una mente despierta que por suerte podrá
desarrollar en el futuro. No abundan entre los personajes que vigilan su sueño
los guerreros medievales cubiertos con cota de malla, tampoco las damas
elegantes con los cabellos recogidos en la nuca, aunque alguno sí deambula. Por
el contrario se encuentran pieles cortadas por el viento y el frío, hombros
cubiertos con jubones; hay muchas las pellizas de oveja y alpargatas de
esparto. Allí están atentos, apilándose a su alrededor para comprobar cómo se
rinde dormida al final del día.
Ya han llegado todos. En la habitación no
cabe ni un alfiler.
Teresa comienza entonces a recordar
soñando…”
Enlazamos con la historia de Manuel,
ahora ya mayor, algo rudo, quizás como eran los hombres de su época, un
labrador y una vida, su mujer y ahora sus nietos; recuerdos de tiempos pasados,
quizás no los mejores momentos, pero conocer el pasado enriquece el presente.
La vida en la aldea, el campo, el trato a las mujeres, a los niños; una vida
que abarca gran parte de nuestra historia.
Sigue Teresa creciendo y la vemos
rebelarse, crear su mundo, decidir lo que le gusta, pensar en escribir… algo
que se le da muy bien y más con su gran imaginación.
Enlaza la historia de Vicente, de cómo
casaban a unos jóvenes casi desconocidos y cómo el tiempo les unió, les separó
y tuvo que continuar con una vida anclada en momentos pasados. La llamada del
ejército hace que salga de una vida que no le gusta y le lleva a Cuba donde le
espera algo peor, malvive, se deja “cuidar” y tras un penoso y difícil viaje de
regreso vuelve a su casa en la que seguirá añorando un pasado que le
arrebataron.
Teresa es ya una adolescente asidua de
las bibliotecas, devorando todo tipo de historias. Se cuestiona las ideas de
las monjas, simpática, sociable y tímida descubre también el primer amor…
“Es un momento histórico de cambios
salvajes como consecuencia de la aún reciente muerte del dictador y todo
alrededor parece girar en torno a ese tema o ser consecuencia de él. La
crispación que se vive en las calles traspasa con facilidad los frágiles
tabiques de las escuelas y transmite a los alumnos una mezcla de esperanza en
el futuro y temor a la forma en que transcurrirá la metamorfosis social.”
Mientras Teresa crece y conocemos sus
progresos, sus deseos; sigue enlazando las vidas de tantos otros que retratan
el paso de los años y los sucesos en España a través de unas historias que nos
hacen sentirnos parte de ellos, ya que sus vidas traen también recuerdos de
nuestros padres, abuelos y antecesores.
Estamos ante una novela en la que Teresa
es esa persona cercana que vemos crecer, compartimos sus momentos como si los
viviéramos junto a ella, al igual que la vida de sus ancestros. Una novela que
aporta tantas cosas como vidas nos relata, y nos deja pensando a su final en
cómo las siguientes generaciones recuperarán igualmente nuestras vidas como
parte de su historia.
“Teresa medita sobre el significado de la
galería de los susurros y se relaja. El día de su nacimiento la vaticinaron que
sería Aleja los que la miraron con los ojos de la dama loca que alimentaba a
los pájaros, y Manueleja los que llegaron al hospital procedente de la sierra
de los montes romos. Todos se equivocaron. No es sino ella misma, una disolución
miscible fabricada a partir de los retazos de individuos ancestrales de los que
jamás tuvo noticia. Y llegará un día en que buscará a los suyos en los rincones
de esas descomunales salas vacías que forman el pasadizo de los murmullos, a
los anteriores y a los que vendrán después de sus hijos.”
Las esquinas de mi cabeza
Una vez más, empiezo un libro para
ilustrarlo… puede ser que disfrute de la lectura, o, simplemente vaya cogiendo
datos.
El caso es que empecé Las esquinas de mi
cabeza sin tener ni idea de qué trataba y el título tampoco me daba pistas.
Empiezo la lectura en la que una mujer de
sesenta años está describiéndonos cómo se siente ante esta etapa y su sentir
es, que a pesar de sus años no sabe cómo enfrentarse a ciertas situaciones. Nos
describe parte de un viaje de regreso en autobús acompañada de su nieta a la
que apenas conoce.
Ángela es una mujer muy activa. Guapa por
naturaleza, se conserva muy bien. Trabaja en los juzgados, acude regularmente a
la piscina, colabora en un grupo de teatro y… chatea con amigos en internet. No
es una abuela de las que hacen rosquillas o tejen un jersey, pero eso no la ayuda a conectar
con su nieta (su edad sólo es un dato en la novela, pero no afecta en nada a
una historia que hubiera podido ser protagonizada por una mujer de treinta
años).
Aurora, su hija, está muy enferma y
Nines, su hija adolescente se rebela ante la enfermedad, ante sus padres y ante
el mundo que la rodea y Ángela, a pesar del dolor de no poder permanecer junto
a su hija tendrá que lidiar con la jovencita y con sus propios temores.
Parece una historia sencilla, algo muy
actual, ese tira y afloja, ese querer acercarse y terminar enfrentándose…
además de estar pendiente de la evolución de su hija. La vida misma, como decía
–una historia sencilla. ¡Pues no, no lo es!
Desde la primera página veo que va a ser
una lectura fluida, que independientemente de cual vaya a ser el desarrollo sé
que leeré a gusto hasta el final, así que paso a disfrutarla, pero cuánto más
leo menos claro tengo qué voy a hacer con la portada ya que la novela se vuelve
compleja y son muchas las imágenes que me vienen a la cabeza.
Son tres mujeres unidas y separadas a la vez…
la novela avanza y la trama no está tan definida como pensaba, hay momentos que
dudo de lo que intuyo, otros en los que, junto a Nines, descubro que Ángela
guarda muchos secretos. El intentar acercarse a su nieta hace que sin querer
afloren sus vivencias, despertadas además por un personaje en la sombra…
Es una buena historia que no lleva por
los derroteros que eran de esperar, que mantiene en tensión muchas veces y nos
hace cómplices y compañeros de la vida de estas mujeres.
Las esquinas de mi cabeza, es una novela
que habla de vidas, de sentimientos, de dificultades, de personas… pero también
de luchas, secretos, miedos…
Nada es lo que se espera y de manera ágil
y con algo de suspense, la autora nos introduce en una historia difícil de
olvidar.
¿Recomendable? ¡sí, por supuesto! Una
gran historia.
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